La Paz, Bolivia
21 de noviembre de 2024
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Hace unos días atrás el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), presentó su informe final sobre los hechos acontecidos entre septiembre del 2019 y diciembre del mismo año. Al respecto el presidente Arce, tras recibir dicho informe, señaló que el mismo da evidencia concreta de que en Bolivia sí o sí existió un golpe de Estado, hubo masacres, existió grupos parapoliciales irregulares que actuaban como policías (a vista de los mismos policías) y restringían la movilidad en Santa Cruz y Cochabamba, por lo que instruyó la eliminación de dichos grupos irregulares.
Día después de la presentación del informe, el expresidente Carlos Mesa, en su discurso realizado en un céntrico hotel de La Paz, criticaba dichas aseveraciones del presidente Arce, arguyendo que solo tomaba en cuenta lo que le conviene y tenía una lectura parcial, sesgada y manipulada del informe de más de 400 páginas, sin contar con los anexos.
De igual forma este señaló su respaldo al informe, del cual destacó sus recomendaciones que indican que se debe cambiar la estructura judicial para que existan juicios justos y pidió al Gobierno cambiar a todos los operadores judiciales, poniendo ello, como condición para que su partido en la ALP respalde un juicio de responsabilidades y cualquier juicio en contra de quienes masacraron al pueblo boliviano durante el golpe de Estado del 2019.
Al decir esas palabras, en todo caso y de igual forma, Carlos Mesa, solo hacía una lectura sesgada, parcial, manipuladora, interesada y convenenciera del informe de la GIEI, puesto que solo se abocó a tomar en cuenta alguna de las recomendaciones sobre el sistema de justicia en Bolivia, además de las actuaciones de Evo Morales antes de su renuncia y sobre los hechos acaecidos antes del golpe de Estado.
Es decir que, critica una cosa, cuando Mesa, de igual forma, hace lo que critica, porque solo dice lo que le conviene. No habla de las 37 personas fallecidas en distintos puntos del país, no habla sobre las masacres que se llevaron la vida de personas en El Alto o en Sacaba. No dice nada sobre la autoproclamación sin quórum y sin cumplimiento de la normativa de la expresidenta de facto Jeanine Añez, es más, insiste en que ello fue constitucional, aun con lo que lanza el informe de la GIEI.
Ese tipo de accionar solamente la población boliviana lo podrá ver en estos tiempos, puesto que nos encontramos ante personas de oposición que ya no tienen más cara para ocultar a los muertos y la realidad concreta de que en Bolivia existió un golpe de Estado. Con discursos baratos totalmente fuera de la realidad y que responden solamente a un libreto impuesto seguramente desde el país del norte, es que quieren tapar las masacres y las muertes del 2019 en nuestro país.
Seguramente los discursos baratos son y serán el pan del día de la derecha boliviana, porque saben que los mismos podrán ser amplificados por sus medios de comunicación al igual que en 2019, donde acreditaron y legitimaron el golpe de Estado y las masacres; y ahora en 2021 continuarán legitimando su discurso baratija.
Mientras tanto, las víctimas y los familiares de los fallecidos en 2019, claman por justicia.
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